lunes, 11 de septiembre de 2017

El cuento 

Un cuento es un relato o narración breve, de carácter ficticio cuyo objetivo es formativo o lúdico. De un modo más coloquial, también se habla de 'cuento' para referirse a una mentira, excusa o historia inventada. Del mismo modo, un 'cuento' es un enredo o chisme. Procede del latín compŭtus ('cuenta').

Cuento popular y cuento literario

Hay dos tipos de cuentos: 

El cuento popular: Es una narración tradicional breve de hechos imaginarios que se presenta en múltiples versiones, que coinciden en la estructura pero difieren en los detalles. Tiene 3 subtipos: los cuentos de hadas, los cuentos de animales y los cuentos de costumbres. El mito y la leyenda son también narraciones tradicionales, pero suelen considerarse géneros autónomos (un factor clave para diferenciarlos del cuento popular es que no se presentan como ficciones).
El cuento literario: Es el cuento concebido y transmitido mediante la escritura. El autor suele ser conocido. El texto, fijado por escrito, se presenta generalmente en una sola versión, sin el juego de variantes característico del cuento popular. Se conserva un corpus importante de cuentos del Antiguo Egipto, que constituyen la primera muestra conocida del género.


Partes del cuento


El cuento se compone de tres partes.
Introducción o planteamiento: La parte inicial de la historia, donde se presentan todos los personajes y sus propósitos. Pero fundamentalmente, donde se presenta la normalidad de la historia. Lo que se presenta en la introducción es lo que se quiebra o altera en el nudo. La introducción sienta las bases para que el nudo tenga sentido.
Desarrollo o nudo: Es la parte donde se presenta el conflicto o el problema de la historia, toma forma y suceden los hechos más importantes. El nudo surge a partir de un quiebre o alteración de lo planteado en la introducción.
Desenlace o final: Parte donde se suele dar el clímax, la solución a la historia y finaliza la narración. Incluso en los textos con final abierto, hay un desenlace. Puede terminar en un final feliz o no. 


Características del cuento

El cuento presenta varias características que lo diferencian de otros géneros narrativos:
Ficción: aunque puede inspirarse en hechos reales, un cuento debe, para funcionar como tal, recortarse de la realidad.
Argumental: el cuento tiene una estructura de hechos entrelazados (acción – consecuencias) en un formato de: planteamiento – nudo – desenlace.
Única línea argumental: a diferencia de lo que sucede en la novela, en el cuento todos los hechos se encadenan en una sola sucesión de hechos.
Estructura centrípeta: todos los elementos que se mencionan en la narración del cuento están relacionados y funcionan como indicios del argumento.
Personaje principal: aunque puede haber otros personajes, la historia habla de uno en particular, a quien le ocurren los hechos.
Unidad de efecto: comparte esta característica con la poesía. Está escrito para ser leído de principio a fin. Si uno corta la lectura, es muy probable que se pierda el efecto narrativo. La estructura de la novela permite, en cambio, leerla por partes.
Cada historia, por irreal y absurda que sea, trata sobre problemas humanos universales, ofreciendo ejemplos de solución ante las dificultades. El cuento es un sistema de mensajes que los niños captan más allá de todo razonamiento lógico. Los cuentos, respetando la visión mágica de las cosas, alejan las pesadillas inconscientes, aplacan las inquietudes, ayudan a superar las inseguridades y las crisis existenciales, enseñan a aceptar la responsabilidad y a afrontar la vida. Es justo entonces subrayar la importancia fundamental del cuento, la capacidad también de recrearlo nuevamente y de inventarlo ex novo. El cuento desarrolla la creatividad, y crea una barrera en la cual el niño irá siempre a esconderse. Brujas Malvadas, Dragones, Monstruos y Madrastras y Orcos, Sirenas, Hadas y Duendes alados por siglos han acompañado la duermevela de los más chiquitos, y son todavía los personajes que custodian un patrimonio de recursos y promesas: los cuentos son un tesoro de valor inestimable, y representan un punto de referencia para la vida del niño y su relación con los adultos.
Prosa: el formato de los cuentos modernos (a partir de la aparición de la escritura) suele ser la prosa.
Brevedad: por y para cumplir con estas características, el cuento es breve.



Cuento y Narración

Un cuento es una narración corta en la que intervienenpersonajes que realizan acciones en un lugar y un tiempo determinado.

Dentro de la narración puede aparecer también un diálogo directo intercalado. Estas historias son contadas por un narrador que habla de cosas que le suceden a otras personas o a sí mismo. En este último caso, él será un personaje del cuento. Todo cuento debe tener un principio, un nudo y un fin.


¿POR QUÉ SON IMPORTANTES LOS CUENTOS?

Resultado de imagen para cuentos Existe un mundo en el cual los niños se refugian para sobrevivir a las fealdades de la vida, es producto de su fantasía, de su vitalidad, pero es también fruto de lo que queda de bueno en nosotros adultos, que tenemos un arduo deber: defender ese mundo encantado que para los niños es una fortaleza. Nos viene enseguida a la memoria la historia de “Peter Pan”, el muchacho que no quería crecer, porque aquel adulto que defiende el castillo de los cuentos de hadas a veces puede ser definido “infantil”. El mismo autor de la historia de Peter Pan, de hecho, curiosamente fue considerado una persona incapaz de crecer, justamente por su poética visionaria y desencantada y por su capacidad de saber jugar aun en la edad adulta. Todas tonterías! Quien lucha para defender la fantasía de los niños es un auténtico héroe, y no un niño encapsulado en su infancia. Bienvenidos sean los recuerdos de una infancia feliz, para quien ha sido tan afortunado, pero quien no lleva consigo las preciosas imágenes de una juventud serena, con mas razón aun debe asumir el compromiso de garantizar la felicidad a los niños que merecen ser niños.

Esta es la preciosísima enseñanza de un gran autor del siglo pasado, Bruno Bettelheim, que muestra en los cuentos la clave de lectura del vivir bien, y así como leer historias fantasiosas hace bien a los niños, así tal vez también el alma tibia de los adultos pueda de algún modo despertarse gracias a aquellos personajes que, antes de la aparición de los videocasetes y de los DVDs, todos nosotros habíamos imaginado. Desde Hänsel y Gretel hasta Caperucita Roja, de Cenicienta a Blancanieve y a la Bella Durmiente del Bosque, de los tres chanchitos al patito feo, cada personaje ha dejado una huella en la vida de todos nosotros.

También es verdad que para aprender a afrontar la vida y a superar los obstáculos cotidianos sin evadirlos, el niño, así como el adulto, necesita conocerse a sí mismo y al complejo mundo en el cual vive y en el cual se relaciona. Para esto es necesario impartir una educación que no sea violenta, pero que sea lo más incisiva posible, y esto también puede ser posible gracias a la moral de las fabulas, a la enseñanza de los cuentos mágicos donde el bien vence al mal porque así es como debería ser. Los niños maduran así sus ideas sobre el mundo, dando orden y coherencia a la dimensión interior y aprendiendo a escuchar lo que los rodea. Qué puede servir más que un cuento, que captura la atención, divierte, suscita interés y estimula la atención? Cualquier cuento que sea, transmite mensajes siempre actuales y conserva un significado profundo que pasa a través del corazón y de la mente de los niños... y de los adultos.

En las historias para llegar al final feliz hay que seguir un camino a veces difícil, es necesario derrotar al dragón, engañar al lobo, escuchar los consejos del mago y usar la inteligencia. Estas desventuras que el niño afronta junto al protagonista son una invitación a la acción, a desenvolverse con habilidad y activamente en las dificultades. La sana fantasía ayuda a interactuar con la realidad y a aprovechar en el mejor modo los recursos que se tienen a disposición. Por esto mas allá del patrimonio cultural que los cuentos y las fabulas representan, difundir el sentido de las historias de fantasía es un compromiso que debería ser sancionado en la “Carta de los derechos del niño”. La fabula debe partir como una flecha lanzada con inextinguible energía, y dar la vuelta al mundo, atravesar países y ciudades. Cada niño, de cualquier nacionalidad, ya sea que tenga ojos almendrados o la piel oscura como el chocolate, cualquiera sea su religión, tiene el derecho de escuchar un cuento antes de irse a dormir, tiene derecho a vivir en la belleza, tiene derecho a ser un niño.









LOS VALORES 

 ¿QUÉ SON LOS VALORES?

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Los valores son convicciones profundas de los seres humanos que determinan su manera de ser y orientan su conducta.

Los valores involucran nuestros sentimientos y emociones. Valores, actitudes y conducta están relacionados. Son creencias o convicciones de que algo es preferible y digno de aprecio. Una actitud es una disposición a actuar de acuerdo a determinadas creencias, sentimientos y valores. A su vez las actitudes se expresan en comportamientos y opiniones que se manifiestan de manera espontánea.
La importancia de los valores
Resultado de imagen para valores espiritualesSiempre han existido asuntos más importantes que otros para los seres humanos. Por ello, valoramos personas, ideas, actividades u objetos, según el significado que tienen para nuestra vida.

Sin embargo, el criterio con el que otorgamos valor a esos elementos varía en el tiempo, a lo largo de la historia, y depende de lo que cada persona asume como sus valores.

En las organizaciones, los valores permiten que sus integrantes interactúen de manera armónica. Influyen en su formación y desarrollo como personas, y facilitan alcanzar objetivos que no serían posibles de manera individual.

Para el bienestar de una comunidad es necesario que existan normas compartidas que orienten el comportamiento de sus integrantes. De lo contrario, la comunidad no logra funcionar de manera satisfactoria para la mayoría.

Cuando sentimos que en la familia, la escuela, el trabajo, y en la sociedad en general, hay fallas de funcionamiento, muchas veces se debe a la falta de valores compartidos, lo que se refleja en falta de coherencia entre lo que se dice y lo que se hace.

Por ejemplo, es difícil saber cómo enseñar a los hijos el valor “tolerancia”, si nuestros líderes y gobernantes insultan permanentemente a todos aquellos con quienes tienen diferencias de opiniones.

Resultado de imagen para valores espiritualesIgualmente resulta cuesta arriba promover el valor “respeto” si hay maestros, profesores, jefes o padres que frente a situaciones complejas defienden sus decisiones argumentando: “Aquí se hace lo que yo digo” o “Las cosas son así porque sí”.
En términos prácticos es poco probable que una comunidad funcione bien (y no digo “perfecto”) si las personas que la integran no se basan en ciertos principios que orienten permanentemente su forma de relacionarse, en las buenas y en las malas.
Con la palabra “comunidad” me refiero a la pareja, la familia, el trabajo, el salón de clases, el condominio, los vecinos, la ciudad, el país y a cualquier otra instancia de relación con otras personas. Si no compartimos sus valores no nos sentiremos bien, ni funcionaremos de manera adecuada en esa comunidad. Tampoco nos producirá satisfacción ser parte de ella.

Para la cultura organizacional de una empresa los valores son la base de las actitudes, motivaciones y expectativas de sus trabajadores. Los valores son la columna vertebral de sus comportamientos.

Si los valores no tienen significados comunes para todos los empleados, el trabajo diario se hace más difícil y pesado. El ambiente laboral se vuelve tenso, la gente trabaja con la sensación de que no todos reman en la misma dirección y los clientes pagan las consecuencias.
Existen diferentes tipos de valores:
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  • Valores familiares: Hacen referencia a aquello que la familia considera que está bien y lo que está mal. Tienen que ver con los valores personales de los padres, aquellos con los que educan a sus hijos, y aquellos que los hijos, a medida que crecen, pueden aportar a su familia. Los valores familiares son los primeros que aprenderá nuestro hijo y, si sabemos transmitirlos con paciencia, amor y delicadeza, pueden ser una buena base en la que apoyar, aceptar o rechazar otras experiencias, actitudes y conductas con los que se irá encontrando a lo largo de su vida.Resultado de imagen para valores familiares

  • Valores socioculturales: Son los valores que imperan en la sociedad en el momento en que vivimos. Estos valores han ido cambiando a lo largo de la historia y pueden coincidir o no con los valores familiares. Puede ser que la familia comparta los valores que se consideran correctos a nivel social o que, al contrario, no los comparta y eduque a sus hijos según otros valores. En la actualidad, intentamos educar a nuestros hijos en el respeto, la tolerancia, la renuncia a la violencia, la consideración y la cortesía, pero vivimos en una sociedad en la que nuestros hijos pronto descubren que también imperan otros valores muy diferentes como el liderazgo, el egoísmo, la acumulación de dinero, el ansia de poder, e incluso el racismo y la violencia. Los valores familiares determinarán, en gran medida, el buen criterio que tenga nuestro hijo para considerar estos otros valores como aceptables o despreciables, o para saber adaptarlos a su buen parecer de la mejor manera posible.

  • Valores personales: Los valores personales son aquellos que el individuo considera imprescindibles y sobre los cuales construye su vida y sus relaciones con los demás. Acostumbran a ser una combinación de valores familiares y valores socioculturales, además de los que el propio individuo va aportándose a sí mismo según sus vivencias personales, su encuentro con otras personas o con otras culturas en las que, aún imperando una escala de valores diferente a la suya, el individuo encuentra actitudes y conductas que considera valiosas y las incorpora a sus valores más preciados.

  • Valores espirituales: Para muchas personas la religión es un valor de vital importancia y trascendencia así como su práctica. De la misma manera, la espiritualidad o la vivencia íntima y privada de algún tipo de creencia es un valor fundamental para la coherencia de la vida de mucha gente. Los valores espirituales pueden ser sociales, familiares o personales y no tienen que ver con el tipo de religión sino con el sentimiento que alimenta esa creencia.Resultado de imagen para valores espirituales
  • Valores materiales: Los valores materiales son aquellos que nos permiten nuestra subsistencia y son importantes en la medida en que son necesarios. En la actualidad, vivimos un alza a nivel social, de los valores materiales: el dinero, los coches, las viviendas y lo que a todo esto se asocia como el prestigio, la buena posición económica, etc.
  • Valores éticos y morales:Son aquellos que se consideran indispensables para la correcta convivencia de los individuos en sociedad. La educación en estos valores depende, en gran parte, de que se contemplen en aquellos valores que la familia considera primordiales, es decir, que entre los valores familiares que se transmitan a los hijos estén estos valores ético-morales imprescindibles:

      -Respeto: tiene que ver con aceptar al prójimo tal como es, con sus virtudes y defectos, reconociendo sus derechos y necesidades. Decir las cosas educadamente, sin herir, violentar o insultar a nadie, son muestras de respeto. La educación en el respeto empieza cuando nos dirigimos a nuestros hijos correctamente, de la misma manera que esperamos que ellos se dirijan a los demás.
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      -Sinceridad: la sinceridad es el pilar en el que se sustenta la confianza. Para que nuestros hijos no mientan, no debemos abusar de los castigos: los niños mienten por miedo al castigo.
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      -Renuncia a la violencia: que nuestros hijos no sean violentos depende mucho de que sus padres no griten, peguen o les falten al respeto.

      -Disposición a ayudar: conseguir que los niños ayuden a los adultos y a sus iguales se consigue fácilmente: sólo debemos aceptar desde el principio sus ganas de ayudar, encomendarles pequeñas tareas y adaptarlas siempre a su edad y sus posibilidades.

      -Cortesía: tiene que ver con el respeto, la consideración y los modales. No tiene que ver con no poder hacer algunas cosas porque no es de buena educación, sino en hacerlas diciendo “por favor”, “gracias” y “¿puedo?”.
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      -Consideración: tiene que ver con saber renunciar a los propios intereses en beneficio de los de los demás. Si los niños ven que sus necesidades se toman en serio, les será más fácil respetar las de las otras personas.

      -Tolerancia: tiene que ver con la aceptación y el respeto hacia la gente que es diferente, a lo que nos resulta extraño, desconocido o poco habitual.
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      -Responsabilidad: tiene que ver con la confianza que tenemos en que nuestros hijos sabrán asumir algunas tareas y las cumplirán. Tiene que ver con la conciencia de que los actos o el incumplimiento de los mismos tiene consecuencias para otras personas o para nuestro propio hijo.
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